En medio de la noche, se despertaron las luminarias de mi cuerpo, abrieron lentamente sus velos, subiendo poco a poco sus cobertijos. Justo en aquel instante se dieron cuenta que esa no seria una noche normal como cualquier otra, sino todo lo contrario, estaban presenciando una visual asombrante, en donde se asomaba por los cristales una reluciente estela, que sostenía con sus dos manos mi aliento quebradizo, y eran mis ojos los únicos testigos del hecho.
Aquella estela comenzo a mover sus alitas, lo hacia con demasiada sutileza que irradiaba armonía en cada movimiento, sostuvo fuertemente mi alma cautiva, la cual volvía de a poco a respirar tranquila. La estela comenzo a danzar junto a mi alma, de inmediato comenzaron a florecer y a volar en mi vientre miles de mariposas, eran de múltiples colores, siendo de nuevo mis pupilas las testigos de esto. Aquellas mariposas giraban y se alborotaban con cada movimiento impetuoso del baile que se había generado.
De un momento a otro apareció entre mis cortinas la duda, imponente y fría..... se detuvo de inmediato todo el baile..... stop.....
Las mariposas quedaron plasmadas en mis tripas, quebrándose de nuevo mi aliento. Aquella infame duda, hacia imposible que mis ojos volvieran a ser testigos presenciales de mis locuras, pero ahí adentro de mis tripas una tímida y apasionada mariposa decidida a mover sus alitas, atreviendose a emprender el vuelo, si bien fue la primera en hacerlo, al pasar los minutos sus compañeras se miraron entre ellas y aunque les temblaba las alas siguieron a su líder, emprendiendo también el vuelo, y fue de a poco que comenzaron otra vez a danzar en mi interior. Viendo que la duda no se atrevio a ninguna acción, la estela saco nuevamente a danzar a mi alma en el centro de la habitación, se veian ligeros de cuerpo y como flotando en medio de la nada, asi lo siguieron haciendo por un buen rato, inmersos en un carnaval de emociones.
La duda observando todo esto no tuvo otra opción que desaparecer en la inmensidad, ya que no contaba en ese momento con el apoyo del Don miedo, y fue así como mis dos pupilas volvieron a presenciar lo que estaba ocurriendo, sin temor a que la duda atacara nuevamente ya que desde ese día se hacen acompañar por la fé, y vivimos desde entonces las locuras y los sueños como algo real y alcanzable, danzando para siempre mis emociones, mi alma y algo mas, haciendo de eso un inagotable carnaval.
